Amsterdam es probablemente uno de los lugares más multiculturales del mundo y es también la ciudad donde vivo (enero 2014). En ella viven personas turcas, personas árabes, personas bereberes (que son los indígenas del norte de África, cuya lengua está muy dialectalizada y en eso se parece al qichwa) y personas negras subsaharianas que hablan francés e inglés. También hay latinoamericanos y españoles.

En este Talencentrum de Amsterdam se enseñan idiomas de origen de las personas que migraron a Holanda como el amazigh (bereber), el castellano o el turco.
Sin embargo tener padre y madre que hablen sus lenguas de origen no garantiza que los hijos aprenderán correctamente dichas lenguas. Eso no es suficiente y por eso, en Ámsterdam, existe un instituto que se dedica a enseñar a personas que tienen dificultades con la lengua de origen de su propia familia, de modo que a los castellanoparlantes, en un país que no es castellanoparlante, se les enseña también castellano y no solo a leer y escribir sino también literatura y se les enseña a ampliar vocabulario en su lengua de origen.
Una enseñanza de este tipo es especialmente importante en el caso del árabe porque cada región tiene su variedad local de árabe pero también existe, para cada país, una norma nacional (un Árabe Marroquí o un Árabe Egipcio o un Árabe Tunecino, etc.) y, aparte de todas las normas nacionales, existe un Árabe Estándar Moderno que es común para todos los países del mundo árabe. Este árabe común está basado en el libro sagrado del Islam: el Corán, de manera que la lengua del Corán es la variedad vehicular del árabe, la que todos los árabes aprenden como una segunda lengua árabe (es decir, después de la lengua árabe de su propio país o región).
22 países norteafricanos y de Oriente Medio forman el mundo árabe y comparten el Árabe Estándar Moderno como segunda lengua, ya que no es lengua materna en ningún país árabe.
Bien, eso es algo que le FALTA al qichwa en Lima: un instituto donde los qichwas (especialmente la joven generación de sus hijos) MEJOREN su lengua qichwa, aprendan una FORMA ESTÁNDAR de qichwa común, aprendan a LEER y ESCRIBIR correctamente en qichwa y lean la LITERATURA del qichwa.
Es MUY necesario que exista en Lima un instituto así porque LA MITAD DE LOS JÓVENES QICHWAS VIVE EN LIMA y son ellos (los jóvenes) los que están perdiendo su lengua qichwa. El problema es que esos jóvenes son los hijos de los peruanos más pobres de Lima y ellos mismos se encuentran entre la gente más pobre de esta ciudad de manera que viven en lugares como Pachacútec (Ventanilla), Villa el Salvador, Comas, El Agustino, Santa Anita o Ate-Vitarte.

El Agustino es lugar de residencia de muchos qichwas en Lima y el problema de la lengua es al final el problema de la desigualdad de oportunidades
Siendo sus padres de la sierra, la gran mayoría de jóvenes peruanos varones que encontré en Lima y Callao era qichwa o de origen qichwa pero los limeños no reconocen como qichwas a los hijos de estos migrantes y los LINGÜISTAS no están interesados en los jóvenes limeños pobres y quechuahablantes, sino solamente en las personas exóticas y antropológicamente “interesantes” que viven en las comunidades de los Andes y saben qichwa.
César Itier sostiene que el qichwa tiene que dar el salto a la ciudad pero esto significa también “reconocer” la naturaleza qichwa de esos jóvenes mayoritariamente marginalizados y pobres de Lima y ofrecerles una educación decente, una buena educación.
Yo me identifico con esos jóvenes qichwas limeños pobres y no con el qichwa estereotípico de los Andes. Ellos son la mitad de la juventud qichwa en el Perú y nadie (ningún lingüista) ha apostado por ellos. ¿No son ellos qichwas solamente porque muchos (no todos) visten como reggaetoneros? ¿está corrupto su qichwa solamente porque lo han aprendido en la ciudad? Por eso hoy más que nunca es necesario que exista un instituto qichwa dirigido a los jóvenes qichwas en Lima.





