¿Folclore? Bien. ¿Abuelos? Sí, por supuesto. ¿Comunidades rurales? Correcto, de ahí salimos. Pero —además de todas estas cosas buenas y necesarias— el aymara debe añadir, a los espacios antiguos, espacios nuevos y distintos donde existir que no sean folclóricos ni «abuélicos» ni rurales. Esto no es por gusto o por querer «ser más moderno» sino para que la lengua pueda tener futuro.
Gracias, jilata Edwin Quispe, por visibilizar el aymara y desfolclorizarlo usando como ocasión la invitación a tu ceremonia de colación de grado universitario. Es un paso personal pero un paso necesario.
Jallälla jilata.
2 respuestas a Desfolclorizando el aymara: colación de grado